viernes, 12 de diciembre de 2014

¿Y donde está el Perro?. Cliveal



Llegados a esta altura del año, son muchos los hogares españoles, donde por nuestras raíces culturales y religiosas, se pone en un rincón bien elegido de nuestras casas el Portal de Belén, o como siempre se le llamó en casa de mis abuelos, el Portalito de Belén.
 

Un montón de figuritas y personajes increíbles empiezan a colocarse por aquí y por allá…

Los Reyes Magos junto a sus pajes y camellos, los pastorcillos con sus ovejas y después una buena lista de artesanos de la época como carpinteros, herreros, panaderos, etc. Van tomando posiciones en cualquier Portalito que se precie y siempre bajo la atenta mirada de los más pequeños de la casa. 
El lugar más importante es un establo donde María y José tuvieron que cobijarse para que naciera su hijo, el Niño Jesús. Y junto a ellos, dos animales, sólo dos, un buey y una mula… 

Pues bien, ya son muchos años que en estas fechas, cuando en casa ponemos El Nacimiento, siempre se me pasa por la cabeza la misma pregunta, ¿y donde está el perro?, ese canis familiaris que seguro habría en ese establo o en sus proximidades.

He consultado  fuentes como la Wikipedia, o instituciones u organismos tan acreditados en el mundo del perro como la Real Sociedad Canina de España o el Clube Portugués de Canicultura y no he encontrado nada que despeje mi pregunta.
 
Si la ciencia nos dice que los últimos hallazgos arqueológicos demuestran que hace aproximadamente 30.000 años que el canis lupus familiaris ya compartía su vida con el homo sapiens,  y además sabemos que el perro es el animal que más ha sido domesticado y seleccionado por el hombre (muy por delante del buey y la mula), cuesta creer que 28.000 años después (fecha del nacimiento de Jesús), no hubiese ningún perro pastor guardando y vigilando ese establo, y por tanto, acompañando a María, a José y al Niño Jesús que acababa de nacer; ¿no os parece?.

Por eso os invito a que pongáis una figurita de un perro en vuestro Portal de Belén, en un lugar privilegiado, porque imaginar la presencia de un perro junto a María, José y su hijo Jesús, no es nada descabellado para la realidad de un animal tan admirable, tan noble, tan social y tan unido a nuestro pasado y a nuestro presente; y seguro que a nuestro futuro.

En Cliveal ya hace muchos años que en nuestro particular Portal de Belén un perro (este año le toca a un dálmata) acompaña al buey y a la mula, en un lugar predominante y destacado, dando la bienvenida al Niño Jesús.
Ahora que la Terapia Asistida con Perros se ha demostrado como una herramienta tan importante y potente en el desarrollo de los niños, quiero creer que Jesús también tuvo su perro particular durante su nacimiento y su niñez.

Si has llegado hasta aquí leyendo, estés de acuerdo o no conmigo, te doy las gracias de corazón y te deseo una ¡Feliz Navidad! en compañía de tus seres más queridos, entre los que seguro  tu Perro ocupa un lugar muy importante.

Pedro Baquero.
(Educador Canino, Criador, Especialista en Terapia Asistida por Perros)

2 comentarios:

  1. Olá Pedro e Inma.
    Muito lindo o artigo, gostei muito de ler.
    O nosso dalmata cliveal já tem três anos e meio e é muito bom.
    Um abraço e feliz Natal desde Beja.
    Vasco Ferreira

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  2. Hola Vasco, muchas gracias por tu comentario.
    Feliz Natal.

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